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Franco Bartolacci: “El Gobierno quiere debilitar el reclamo universitario y dividirlo”

Tiempo de lectura: 14 minutos

Franco Bartolacci, rector de la Universidad Nacional de Rosario charló con “No Somos Ordinarios” este sábado. En la entrevista, habló sobre el reciente aumento del presupuesto de la Universidad de Buenos Aires (UBA), lo que resalta los problemas presupuestarios de todas las universidades argentinas. Criticó la decisión del Gobierno de aumentar el presupuesto de la UBA en un 270% mientras se descuida a las otras 60 universidades del país.

Bartolacci cree que la intención del Gobierno es dividir y debilitar el sistema universitario. Mencionó las protestas en apoyo a las universidades públicas que se han llevado a cabo en todo el país. También habló de las dificultades financieras que enfrentan su universidad y otras en el país, subrayando la necesidad de una financiación adecuada para llevar a cabo sus actividades.

El rector mencionó que las universidades han estado coordinándose a través del Sistema Universitario Nacional (SIN) y están considerando acciones legales si no se atienden sus demandas. Criticó los intentos del Gobierno de desacreditar a las universidades públicas y defendió la importancia de estas instituciones en la sociedad.

Además, Bartolacci habló sobre las amenazas recibidas por los estudiantes y la necesidad de enfrentar la cultura de la violencia y la polarización en el país.

Anunciaron una actualización del 270% del presupuesto de gastos de funcionamiento y del un 300% para hospitales de la Universidad de Buenos Aires. Eso implica, de alguna manera, que el Gobierno reconozca los problemas del sistema universitario. ¿Qué opinas al respecto?

Es un despropósito lo que pasó esta semana y una confirmación más de lo que sucede frecuentemente en nuestro país, que se reivindica federal, pero que en la práctica no tiene absolutamente nada de federal. Esta vez, le tocó al capítulo universitario de esa historia. Es realmente lamentable. La decisión del Gobierno Nacional confirma lo que veníamos diciendo todas las universidades del país desde enero de este año: hay un problema grave en materia presupuestaria que requiere atención y, si no se soluciona, traerá problemas aún mayores en el funcionamiento de todas las universidades.

Incrementar un 270% el presupuesto de gastos de funcionamiento y un 300% para los hospitales de la UBA pone en evidencia que todo lo que veníamos diciendo cuando se nos negaba era correcto. Ahora, el problema es que se olvidaron de que en Argentina hay otras 60 universidades a lo largo y ancho del territorio, que representan algo más del 85% de los más de 2 millones de estudiantes universitarios del país. Por lo tanto, es inadmisible ese acto discrecional, que además es una provocación y no puede más que encontrar el rechazo de todas las universidades y de la sociedad en su conjunto. No se puede convalidar semejante decisión.

Franco Bartolacci es el rector de la Universidad Nacional de Rosario. Imagen: UNR.
Franco Bartolacci es el rector de la Universidad Nacional de Rosario. Imagen: UNR.
¿Por qué crees que sucede?

Creo que lo hicieron con la intención de debilitar el reclamo universitario y dividir el sistema universitario nacional. Esta medida no es para nada ingenua; creo que tiene esa vocación. De todas maneras, no van a lograrlo, porque la sociedad argentina lo dejó muy claro en la manifestación del 23 de abril, que no solo fue en Buenos Aires. En Buenos Aires fue muy potente, pero también en otras 70 ciudades de Argentina, donde plazas y calles estaban completamente llenas, no solo por universitarios, sino por la sociedad en su conjunto, que puso las cosas en su lugar. Las sociedades suelen ser más inteligentes que sus propias dirigencias.

Ese día, incluso mucha gente que puede suscribir algunas de las ideas del presidente de la nación, se manifestó diciendo que hay que cuidar la universidad pública, porque es un patrimonio de la sociedad argentina y una herramienta esencial para encontrar soluciones a nuestros problemas. Ojalá todo lo que venimos generando y la voz que venimos alzando desde múltiples lugares encuentren una respuesta similar a la que encontró la Universidad de Buenos Aires, pero extendida a todo el sistema universitario nacional, porque realmente necesitamos ese apoyo para poder seguir funcionando.

¿Cómo se encuentra el estado presupuestario de la Universidad de Rosario?

La situación es muy complicada, como en todas las universidades del país. Por ejemplo, nosotros pagamos los primeros cuatro meses del año pasado 120 millones de pesos de luz, y en los primeros cuatro meses de este año, 450 millones de pesos. Tuvimos que afrontar esa erogación prácticamente con el mismo presupuesto. Solo los pagos de servicios públicos, especialmente la luz, representan prácticamente el 50% de lo que el Estado nos asigna para funcionar. Con esos gastos de funcionamiento, debemos realizar obras de infraestructura, mantener edificios, sostener programas de becas, comedores, residencias, financiar proyectos de investigación y destinar recursos al desarrollo científico y programas de extensión universitaria. Es imposible funcionar de esta manera.

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Vos hablás que, desde el Gobierno tratan de dividir y provocar que haya menos fuerza desde las protestas. ¿Hay diálogos entre los diferentes rectorados de las universidades?

Sí, por supuesto. Tenemos una coordinación muy estrecha en el marco del Sistema Universitario Nacional (SIN). Estamos en contacto permanente. De hecho, ayer estuve en Resistencia participando en una actividad con el rector de la UNE y de la UNL, representando un programa de capacitación para municipios y comunas que llevamos a cabo en conjunto. La sinergia entre las universidades es la mayor fortaleza del Sistema Universitario Nacional, y la defenderemos porque creemos en ello. No aceptaremos que alguna otra universidad reciba fondos unilateralmente, como fue el caso de la UBA. Esta es la postura que refleja el comunicado del SIN, y considero que es la correcta. Debe haber una solución para todas las universidades al mismo tiempo y con el mismo nivel de atención que la Universidad de Buenos Aires recibió.

Marcha Federal Universitaria contra el ajuste del Gobierno. Imagen: Matías Baglietto.
Marcha Federal Universitaria contra el ajuste del Gobierno. Imagen: Matías Baglietto.
¿Qué dijeron desde la UBA? ¿”No tenemos nada que ver”? ¿”Recibimos la plata porque no tenemos otra opción”?

No, se manifestaron también el apoyo para que suceda lo mismo con todas las universidades, yo creo que es un error convalidar esa decisión del Gobierno, pero que como creo, como decía antes, que la intencionalidad del Gobierno nacional es dividir el sistema universitario para quitarle fuerzas, más allá de mis convicciones más íntimas no quiero hacer mayores consideraciones sobre lo que hizo la Universidad de Buenos Aires porque no quiero contribuir a ese objetivo.

(Emiliano) Yacobitti dijo en una entrevista que así como la UBA tiene línea de negociación con el Gobierno, todas las universidades la tienen. ¿Esto es así?

Todo el sistema universitario, incluyendo todas las universidades, ha estado alertando sobre la gravedad de la situación desde diciembre, y seguiremos haciéndolo. Es nuestra responsabilidad y lo correcto. Sin embargo, el problema radica en que aún no hemos recibido respuestas adecuadas a nuestras preocupaciones. Es crucial que estas preocupaciones sean atendidas para garantizar el funcionamiento efectivo y sostenible de nuestras universidades.

La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello anunció un 40% de aumento en las partidas presupuestarias.

Hasta ahora, solo se ha implementado un incremento del 70% en marzo. Se ha prometido un aumento adicional del 70% a partir de mayo, lo que totalizaría un 140%. Sin embargo, como estos incrementos no son retroactivos a las cuotas establecidas desde enero, en realidad representan un aumento del 105%. Durante este mismo período, la inflación ha alcanzado el 350%. En contraste, el presupuesto asignado a la UBA ha aumentado un 270%. La pregunta es: ¿por qué se otorga un aumento del 270% a la UBA y solo un 105% al resto de las universidades?

Sandra Pettovello es la ministra de Capital Humano del Gobierno. Imagen: Página 12.
Sandra Pettovello es la ministra de Capital Humano del Gobierno. Imagen: Página 12.
¿Tendrá algo que ver esto con la votación de la Ley Bases en el Senado? Además que de alguna manera el radicalismo a través de Losteau y Yacobitti estén acompañando eso a cambio de nuevos refuerzos o actualizaciones en los presupuestos.

Probablemente tenga que ver, pero en cualquier caso es un despropósito y no lo vamos a aceptar.

¿Les han pedido algo similar? ¿Han recibido por parte del Gobierno algún tipo de pedido puntual desde lo político para destrabar o descongelar fondos? 

Las universidades no tienen representantes en el Congreso ni deberían tenerlos, ya que no es su responsabilidad legislar. Es deber del Gobierno nacional financiar el sistema universitario público, como lo estipula la ley. El Gobierno está incumpliendo esta ley al desfinanciarnos en lugar de proporcionar financiamiento adecuado. Además, se suma a esto este acto discrecional que discrimina a 60 universidades del resto del país. Por eso estamos considerando incluso recurrir a medidas judiciales si fuera necesario.

¿Vos pensás que hay algún tinte de persecución ideológica con este ataque a las universidades? Porque, por ejemplo, están impulsando sobre las cinco nuevas universidades declaradas como nacionales, como por ejemplo la Universidad de las Madres. Desde la Asociación Docente de esta misma institución denuncian que todo este desfinanciamiento tiene que ver con una cuestión ideológica. 

Creo que desde principios de año hasta ahora ha habido una campaña sistemática para desprestigiar lo que sucede en las universidades públicas, que son una de las instituciones más valoradas por la sociedad argentina. Esta campaña busca justificar el desfinanciamiento de las universidades. Cada semana vemos declaraciones, medidas o actos destinados a generar ese desprestigio. Por ejemplo, se habla de adoctrinamiento en las universidades, cuando en realidad el principio más sagrado de estas instituciones es la libertad de cátedra. En las aulas universitarias, lo más importante es el debate de ideas, de todas las ideas, y es algo maravilloso.

Además, se menciona la necesidad de hacer auditorías, cuando en realidad ya se realizan. Por ley, la Auditoría General de la Nación es la institución encargada de llevar a cabo estas auditorías, y de hecho se realizan regularmente. Además, las universidades están sujetas a controles de la Sindicatura General de la Nación y a los mismos controles que tiene la Administración Pública Central. A pesar de todo esto, día tras día tenemos que explicar que estos controles ya existen. Es como si dijera que sería bueno que no se trabajara los domingos, y me respondieran que ya no se trabaja los domingos, y yo insistiera en que sería bueno que no se trabajara. Es completamente absurdo lo que está sucediendo, pero nada de esto es casual. Todo tiene la intención de quitarle prestigio a la institución universitaria para justificar su desfinanciamiento.

 

¿Considerás que el Gobierno quiere desaparecer las universidades del interior?

No creo que el Gobierno tenga la intención de cerrar las universidades, ni siquiera sería factible si quisiera hacerlo. Lo que creo es que no valoran lo que las universidades públicas representan y producen. Desmerecen el trabajo y las contribuciones de la universidad pública, y eso es lo que nosotros defendemos como líderes de estas instituciones. La sociedad argentina dejó en claro su apoyo a las universidades el 23 de abril, en una de las movilizaciones más importantes desde la recuperación democrática. Nosotros vamos a seguir defendiendo lo que sostiene y enriquece a la sociedad argentina.

No podemos dejar de preguntarte acerca de las amenazas de muerte que han tenido particularmente dos estudiantes que son militantes del Centro de Estudiantes. ¿Qué es lo que se sabe desde la universidad?

Nos hemos puesto a disposición de la justicia para esclarecer este asunto, y esperamos que se resuelva rápidamente. Por supuesto, repudiamos y no nos solidarizamos con estos actos. Además, quiero reflexionar sobre algo que está relacionado con lo que veníamos diciendo: hace dos semanas, la presidenta de la Federación Universitaria de Rosario fue brutalmente hostigada en las redes sociales. La atacaron por no haber nacido en Argentina, por ser negra, por ser mujer, como si eso fuera un problema. Esto refleja la realidad de un mundo cada vez más deshumanizado en el que vivimos.

Amenaza recibida por estudiantes de la Universidad de Rosario. Imagen: Indymedia argentina.
Amenaza recibida por estudiantes de la Universidad de Rosario. Imagen: Indymedia argentina.
Una cosa es el hostigamiento vía redes digitales y otra cosa es el trabajo de inteligencia, seguimiento, sacarle una foto, ponerle una bala en un sobre.

Es extremadamente grave y se inscribe en la misma lógica. En el mundo y en la Argentina actual, el discurso de la violencia se reproduce desde las más altas responsabilidades institucionales, desde el presidente hacia abajo. Todos parecen estar constantemente gritando en redes sociales y públicamente, insultando a quienes piensan diferente y desconociéndolos. Esto genera la creencia en la sociedad de que hay un escenario propicio que legitima esas formas de comportamiento.

Es algo fundamental: aquellos que tenemos responsabilidades institucionales, donde sea que estemos, debemos ser conscientes de que nuestras palabras y acciones tienen un impacto significativo. Cuando decimos algo o realizamos algún acto, también estamos enseñando. Por lo tanto, es crucial tener mucho cuidado con lo que decimos y hacemos, ya que nuestras comunidades y la sociedad en su conjunto pueden sentirse más o menos habilitadas para imitar ciertos comportamientos. Si el país está en la situación en la que está, la sociedad puede interpretar que todo está permitido. Creo que esto es extremadamente preocupante, ya que pone en riesgo los valores más básicos de la convivencia democrática.

Desde el Gobierno no solamente promueven estas violencias o son violentos en sí mismos, sino que tampoco se despegan de las firmas de las amenazas y de los ataques.

Aceptan que eso puede suceder y eso habilita que así sea. Con estas peores. Además de repudiar, es importante solidarizarnos.

¿Y cómo se desarma esta construcción? ¿Qué discurso se puede ofrecer?

Estoy de acuerdo en que debemos promover el debate público y provocar una reflexión colectiva sobre estos temas. Personalmente, estoy haciendo lo que puedo en ese sentido. Es importante conversar con la sociedad argentina y destacar que estas actitudes nos llevan a lugares aún peores de los que ya estamos, poniendo en riesgo los valores mínimos de convivencia. Estamos viviendo un momento en la historia de la humanidad en el que este tipo de comportamiento ocurre en todas partes del mundo, y nosotros estamos experimentando este fenómeno en Argentina.

Creo que las redes sociales tampoco ayudan. En algún momento, tendremos que reflexionar sobre lo que generan las redes. Es inapropiado que cualquier persona, detrás de una identidad falsa, pueda decir cualquier cosa en cualquier lugar. Aunque las redes sociales parecían traer consigo la democratización de la expresión, también traen consigo acciones y gestos que culturalmente deterioran a la nación, haciendo que el debate público sea más mediocre y miserable. Todo esto no contribuye a nuestro progreso como sociedad.

Es fundamental que comencemos a hablar sobre estos temas en todas partes y, una vez que lo hagamos, debemos tomar medidas concretas en nuestra vida diaria para revertir lo que está sucediendo.

Redacción Ornitorrinco
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Perfil de la redacción de Ornitorrinco. Historias en (ex)tensión.

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