En su etimología, jubilarse deriva de la palabra latina jubilare, que significa “expresarse con alegría”. La realidad de los adultos mayores en Argentina dista bastante de esto. “Hasta un niño de primaria que sabe sumar y restar se da cuenta que los jubilados vivimos en la indigencia”, expresa con indignación Ana Valverde, miembro de la agrupación Unión de Trabajadores Jubilados en Lucha (UTJEL). Trabajó durante toda su vida como mecanógrafa y auxiliar en escuelas, y sin embargo hoy es parte de la población sobre la que pesa el ajuste.
Pero el recorte no es todo, para solicitar los remedios hay que reempadronarse.“¿Sabe que significa? Hacer el certificado de pobreza. Nosotros hemos aportado años. Es mentira que no tenemos aportes, que hay gente que entró sin aporte”, replica. El proceso para solicitar los medicamentos tampoco es fácil, hay que conectarse mediante algún dispositivo tecnológico, que no todos tienen. Ana no tiene computadora para acceder al sistema pero sí un celular. “¿Y los que no tienen?”, se pregunta.
Eugenio Semino es doctor y defensor de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires. “Tenemos atestada la defensoría. Es un disparate la vía informática, sin alternativa de atención personal. Los viejos no somos nativos de la herramienta, por lo cual culturalmente en el mundo se contempló esa transición que en Argentina no se hizo”, declara.
Sostiene que a pesar de haberse agravado, la situación que atraviesan los jubilados data de hace tiempo: “En los últimos siete años, con tres administraciones distintas, el que pierde respecto a la inflación y frente a cualquier otra variable económica es el jubilado”. Y remata: “El superávit fiscal que festeja el Gobierno se basa en el recorte a la seguridad social, y lo están pagando los viejos con su vida”.
¿Jubilarse o brindar por salud?
Ornella es trabajadora del PAMI. Está en contacto directo con los usuarios y se encarga de escuchar y atender a sus dudas, quejas y pedidos. Está cansada, cuenta que no dan abasto. Que pueden atender pocas llamadas porque sencillamente no hay personal suficiente debido a los recortes. “Hay un deterioro de la prestación en general donde se vulnera un sector de la población que está completamente expuesto porque tiene que elegir entre pagar el medicamento o comer, cuando ninguna de las dos cosas son baratas y su sueldo no le alcanza para ninguna”, expresa sobre los jubilados.
Además agrega que las personas que tienen una enfermedad crónica o discapacidad tienen que renovar los papeles cada seis meses para solicitar los medicamentos. “No me voy a curar, o no se me va a ir la discapacidad ¿Para qué tengo que seguir renovando?” expresa Ornella sobre uno de los tantos cuestionamientos válidos que escucha a diario.
Todos los miércoles, en la plaza Once, y entre el movimiento masivo de personas que bajan del tren Sarmiento para hacer combinación con el subte o tomar un colectivo, se agrupan los adultos mayores que pertenecen a la UTJL. Haga frío o calor, a las 15 horas, Valverde está presente para exigir el cese del brutal aplastamiento que sufre el sector.
La agrupación busca que los transeúntes firmen un petitorio para presentar al PAMI. Muchos se interesan y se solidarizan. Ana piensa que puede ser producto de las represiones salvajes que se ven en la TV. De todas formas no entiende a los que los insultan: “No sé de donde pero nos tiraron huevos. Una vergüenza. Somos todos mayores”, se lamenta. “No estamos exigiendo colaboración. ¿No la querés hacer? Perfecto seguí de largo, pero bueno, hay gente para todo”.
Nora Biaggio pertenece al movimiento Jubilados Autoconvocados. Sobre el contexto que atraviesan las personas de tercera edad, enumera las distintas situaciones a las que tienen que hacer frente. “Están los jubilados que no pueden comprar los remedios, los que tuvieron que cortar el tratamiento o tomarlo en forma espaciada”, expresa. Y agrega: “En el peor de los casos, no come porque compró los medicamentos.Hay gente que sale llorando de PAMI”.
Para Nora la situación en la provincia de Buenos Aires, donde reside, tampoco dista mucho del plano general. “En IOMA la situación es tan grave como la de PAMI porque no hay cobertura al 100% de los remedios, por lo tanto tenemos que pagar todo desde 40% hasta el 80% de cualquier medicamento, incluso crónico”. Fue docente y aportó el 16% de su sueldo hasta que se jubiló. Como Ana, no puede entender como le quitan medicamentos que pagó durante toda su vida.
Un negocio multimillonario
La fuerte concentración que existe en el mercado de medicamentos a nivel mundial, también se evidencia en Argentina. En 2021, durante la pandemia y cuando Argentina comenzaba a salir poco a poco de la cuarentena, un informe realizado por CEPA (Centro de Economía Argentina) reveló los ingresos de las principales industrias farmacéuticas y la verticalidad que presenta la industria. El laboratorio ROEMMERS lidera el ranking con 538,0 de millones USD, y le siguen ELEA PHOENIX (497,0 millones), CASASCO (404,0 millones),GADOR (386,0 millones) y MONTPELLIER (332,0 millones), BALIARDA (327, 0 millones),RAFFO (318,0 millones), BAGO (318,0 millones), BAYER (207,0 millones), SANOFI AVENTIS (203,0 millones). Pese a la existencia de un alto número de empresas en el mercado, según CILFA, las ventas están concentradas en las principales firmas: las primeras 10 facturan casi el 51% del total y las primeras 20, el 71% del total.
Desde la asunción de Javier Milei, las políticas promovidas por su Gobierno beneficiaron aún más a los monstruos de la industria farmacéutica. Tras el balotaje, en los últimos dos meses del 2023 la inflación escaló a un 41,6%, y los precios de venta al público de los medicamentos más consumidos por las personas mayores, ascendieron un 78%.
“La dueña de la enfermedad, no de la salud en Argentina, en la industria del medicamento que financia la campañas políticas electorales. A más enfermedad más medicamento y más financiamiento para la política”, reflexionó Semino.
En relación con los balances o estados contables de las empresas, en el segundo trimestre de 2024, se observa un aumento en la facturación total de la industria farmacéutica de 326,7% respecto al segundo trimestre de 2023. Este resultado es consecuencia del incremento registrado en la facturación de producción nacional (298,7%) y en la reventa local de importados (398,3%). En cuanto a la producción nacional se observa un incremento de 293,6% en las ventas al mercado interno y de 351,6% en las exportaciones.
Soy el remedio con receta y tu apatía, mi enfermedad
El presidente Javier Milei recogió cable cuando le admitió a Luis Majul que se había equivocado al momento de afirmar que el salario mínimo rondaba los 1000 dólares y que, en realidad, era de 450 mil pesos. El descuido presidencial se puede contrastar con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos que informó que una familia tipo necesitó $ $1.024.435 pesos para no caer bajo la línea de pobreza. Mientras que para no ser indigente se necesitan $$449.314 pesos. En enero, una persona que gana la jubilación mínima cobró $335.907, incluyendo un bono de $70 mil que permanece congelado por el Gobierno desde marzo pasado.
El estudio de CEPA comparó el alza interanual de precios en los remedios de mayor consumo en adultos mayores. Entre diciembre 2023 y fines 2024 los comprimidos aumentaron un promedio de 133%, muy por encima del 118,1% de inflación registrado en ese periodo.
El daflon que se utiliza para combatir la trombosis y para tratamientos de la insuficiencia venosa crónica aumento de $26.834 a $74.374 (177%).Cabe destacar, que el 70 y el 80% de las personas de 60 años y más presentan insuficiencia venosa crónica. En ese sentido, las enfermedades del aparato musculoesquelético son una de 9 las enfermedades crónicas con mayores prevalencias , y que generan altos indice de dependencia. El Ibupirac 600 mg, que es probablemente el antiinflamatorio más consumido para combatir estos dolores pasó de valer $4.759 a $12.1190.
La Aspirina Prevent, por ejemplo, es vital para reducir posibles muertes en pacientes que ya hayan sufrido ACVs o infartos de miocardio tuvo una suba interanual del 127%. El Lasix es un diurético indicado en pacientes con hipertensión arterial que también aumento considerablemente su costo con un valor en el mercado que ronda 43 mil pesos.
“PAMI recortó 44 moléculas del vademécum. Eso nadie lo entendió mucho y tiene una explicación técnica. Nunca tuvimos información clara a pesar de haberla pedido porque la molécula es el equivalente en principio activo de donde pueden salir diez medicamentos, mil o dos mil. Al no conocer cuál es específico de farmacia no sabemos si muchos de esos medicamentos no variaron del descuento del 80% al 50%.”, añade Semino.
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Esta reducción de moléculas farmacológicas implicó que se ofrezca un tercio menos de medicamentos en comparación con los que se distribuían de manera gratuita antes de la gestión de Javier Milei. La lista de casi 3.000 medicamentos cubiertos (basados en las 167 moléculas que el plan Vivir Mejor incluía a principios del 2024) se redujo a unos 2.000. Pero no sólo eso, ademas con el cambio de categorización a medicamentos “de uso eventual”, el descuento de algunos fármacos se redujo del 80% al 40%.Teniendo en cuenta que los jubilados consumen en promedio cinco medicamentos mensuales, es notoria la proporción cada vez mayor que el gasto en medicación representa para sus ingresos.
La quita de subsidios a los medicamentos no es la única problemática a la que tienen que hacer frente los jubilados. Según un relevamiento elaborado por la Defensoría de la Tercera Edad tan solo en octubre, la canasta básica de los jubilados alcanzó un valor de $912.584, monto que representa más del triple del haber mínimo.
Las políticas de Estado que garantiza el Gobierno de Javier Milei no tienden a dar un pronostico más positivo: el 3 de marzo caduca la ley que habilita el sistema de la moratoria provisional. Si esto sucede, solo podrán jubilarse una de cada diez mujeres y tres varones de cada diez. A pesar de esto, la problemática no esta en las prioridades de la agenda libertaria.
La realidad de los jubilados en Argentina refleja las profundas desigualdades y desprotecciones que atraviesa este sector de la población. Con una canasta básica inalcanzable y la incertidumbre sobre el futuro del sistema previsional, queda en evidencia la necesidad urgente de políticas públicas inclusivas que garanticen derechos básicos y una vejez digna.