Ubicada en el cruce de Europa, Asia y África, la isla de Chipre ha capturado durante mucho tiempo la imaginación de los viajeros con su encanto mediterráneo. Desde las bulliciosas costas de Ayia Napa y Protaras, hasta las más tranquilas en Limassol y Paphos, cada rincón ofrece un refugio paradisíaco para los amantes del sol y la playa.
Es un crisol de civilizaciones antiguas y modernas. Los vestigios de su pasado se encuentran en toda la isla, los mosaicos de Paphos y las tumbas reales. También los restos de la antigua ciudad de Kourion y el castillo de Kolossi. La influencia de griegos, romanos, bizantinos y otomanos se entrelaza en la arquitectura, las tradiciones y las festividades. Con vasta presencia de cocina griega y turca, los platos chipriotas típicos son el souvlaki, el halloumi y los mezze.
La República Turca del Norte de Chipre (RTNC) es una fracción de la isla que corresponde aproximadamente al 35% del territorio. Su capital es Nicosia del Norte y tiene una población de 326 mil personas, según su último censo en 2017. Este enclave solo es reconocido por Turquía. De hecho, la única aerolínea que vende pasajes a este destino es Turkish Airlines. El resto, destinan sus vuelos al Aeropuerto Internacional de Lárnaca, otra ciudad, que pertenece al territorio grecochipriota, es decir, la región sur.
Son escasos quienes nos leen,
pocos quienes conocen nuestra lengua,
permanecemos sin aplausos y sin justicia
en este rincón apartado,
pero escribir en griego nos recompensa
Costas Montis, poeta grecochipriota, escribió esto en 1966, en pleno auge de la disputa política y étnica en el país. El sentimiento de aislamiento y la lucha por el reconocimiento refleja en su obra el contexto de un país que buscaba su lugar y su voz en el mundo. Chipre se encontraba –y aún se encuentra- entre la presión de sus dos madres patrias: Grecia y Turquía.
Tal era el orgullo de Montis de escribir en su lengua natal que… ¿Por qué no darle un espacio en este texto?
Ελάχιστοι μας διαβάζουν,
ελάχιστοι ξέρουν τη γλώσσα μας,
μένουμε αδικαίωτοι κι αχειροκρότητοι
σ΄αυτή τη μακρινή γωνιά,
όμως αντισταθμίζει που γράφουνε Ελληνικά
No pasaron muchos días desde la última vez que Chipre fue tapa de algún medio. Fidias Panayiotou, de solo 24 años, logró consagrarse como uno de los escaños del Parlamento Europeo tras haber obtenido el 19,4% de los votos en las últimas elecciones. Lejos de estar afiliado o tener una trayectoria militante en cualquiera de los partidos políticos tradicionales, hizo su carrera como influencer en las redes sociales y recorrió en bicicleta varios pueblos de Chipre para lograr llevarse el tercer puesto en las euroelecciones. Otro ejemplo más en una interminable lista de sociedades y juventudes que abogan por figuras aparentemente rupturistas y antisistema, en lugar de viejos nombres que ya no los representan.
“En términos de oportunidades y perspectivas de futuro, la juventud está un poco decepcionada. Quieren salir del país. Ciudadanos autóctonos, digamos, pueden ir fácilmente, por ejemplo, a Gran Bretaña debido a las relaciones coloniales y ex coloniales”, explica Atakan Çiftçi, dirigente del Partido de la Democracia Obrera de Turquía.
Tiempos clave
Chipre obtuvo su independencia de Reino Unido para mediados de 1960, tras casi un siglo de dominio colonial. La independencia fue el resultado de los Acuerdos de Zúrich y Londres, que establecieron una república bicomunal con un delicado equilibrio de poder entre las comunidades grecochipriota y turcochipriota. El nuevo estado se estableció bajo un acuerdo que involucraba a Grecia, Turquía y el Reino Unido, garantizando la protección de las dos etnias. El primer presidente fue el arzobispo Makarios III, un líder grecochipriota, mientras que Fazıl Küçük, un turcochipriota, fue designado vicepresidente.
Sin embargo, las tensiones comenzaron a emerger rápidamente. En diciembre de 1963, estallaron violentos enfrentamientos intercomunales, desencadenados por cambios propuestos a la Constitución que favorecían a la mayoría grecochipriota. Las enmiendas constitucionales propuestas por Makarios buscaban eliminar los derechos de veto de la minoría turcochipriota, lo que provocó una violenta reacción. Los disturbios resultaron en la muerte de 364 turcochipriotas y 174 grecochipriotas, desplazando a miles de personas de ambas comunidades. Las fuerzas de paz de las Naciones Unidas (UNFICYP) fueron desplegadas al año siguiente para tratar de mantener el orden.
El conflicto alcanzó su punto cúlmine a mediados de 1974, cuando un golpe de estado apoyado por la Junta Militar Griega intentó derrocar a Makarios y anexar la isla a Grecia, en un movimiento conocido como Enosis. En respuesta, Turquía invadió Chipre durante ese mismo mes, con el argumento de proteger a la comunidad turcochipriota. La operación militar turca, denominada Operación Atilla, resultó en la ocupación del 35% del territorio de la isla, principalmente en el norte.
El conflicto de 1974 tuvo consecuencias devastadoras. Cerca de 5mil personas murieron, 1,619 grecochipriotas y 503 turcochipriotas fueron reportados como desaparecidos, y más de 200mil personas, la mayoría grecochipriotas, fueron desplazadas de sus hogares. La intervención culminó con la división de facto de la isla en dos zonas étnicamente homogéneas: el sur, controlado por la República de Chipre, y el norte, controlado por los turcochipriotas.
Bienvenidos a la República Turca del Norte de Chipre
A fines de 1983, Rauf Denktaş, líder de los turcochipriotas, proclamó la independencia de la República Turca del Norte de Chipre (RTNC). Este nuevo país sólo fue reconocido por Turquía. La comunidad internacional y las Naciones Unidas condenaron la declaración, reafirmando la soberanía de la República de Chipre sobre toda la isla.
Desde entonces, la RTNC ha funcionado como un Estado separado con su propio Gobierno, pero completamente aislado en términos diplomáticos y económicos. Las conversaciones de reunificación han continuado de manera intermitente bajo los auspicios de la ONU, pero sin éxito definitivo. Diversos planes de paz, como el Plan Annan de 2004, han sido rechazados por una u otra parte.
Atakan Çiftçi atribuye el fracaso de este proyecto a varios motivos: “La entrada de Chipre a la Unión Europea ha empeorado las relaciones entre Turquía y la República de Chipre, que también se traslada a las tensiones internas. Este es el primer aspecto importante”.
Y continúa: “En segundo lugar, el norte de Chipre es muy dependiente de Turquía. Todos los desarrollos políticos en Turquía lo afectan. Especialmente en el año 2010, durante el Gobierno de Erdogan, Turquía experimentó un proceso de autocratización que también impactó la situación en Chipre. Esto convirtió al norte en una región marcada por la presencia de mafias y corrupción”.
Dos países divididos por un territorio virgen
En el corazón de la misión de la ONU en Chipre se encuentra la llamada “Línea Verde”, una zona desmilitarizada que atraviesa la isla y separa las áreas controladas por la República de Chipre en el sur, de las áreas ocupadas por Turquía en el norte. Esta línea fue establecida tras la invasión turca de 1974 y ha servido como un símbolo físico y literal de la división de la isla desde entonces.
De un verde nuevo se vistió la primavera
de un azul nuevo se vistieron los cielos
de un amor nuevo tus ojos
La Línea Verde no solo actúa como una barrera, sino también como un recordatorio constante de la necesidad de una solución pacífica y negociada para el conflicto chipriota. A lo largo de los años, ha sido el punto focal de los esfuerzos de la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre para mantener la estabilidad y promover la confianza entre las comunidades divididas. Pero la situación no es tan poética como suena. La ONU, desde 2023, hace un llamado de atención sobre el tratamiento de los derechos humanos en la isla y, sobre todo, sobre los apátridas. “El Comité de Derechos Humanos también expresó su preocupación por el hecho de que se continuasen denegando solicitudes de ciudadanía o se demorase la respuesta a estas, especialmente en los casos de hijos de turcochipriotas que hubiesen nacido y residiesen en la parte septentrional de Chipre”.
Y continúa: “El Comité recomendó al Estado parte que ampliara las medidas para asegurarse de que las leyes de nacionalidad se aplicasen sin discriminación utilizando criterios jurídicos claramente definidos, garantizara unos procedimientos de naturalización transparentes y el acceso a la información relativa a los requisitos para obtener la ciudadanía, velara por que las decisiones sobre la ciudadanía se adoptasen dentro de un plazo razonable y considerara la posibilidad de ratificar la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas”.
La polémica de los hogares arrebatados
Durante la invasión turca en respuesta a un golpe de estado apoyado por Grecia, miles de chipriotas abandonaron sus hogares, muchos de los cuales se encuentran en la Franja Verde. Desde entonces, estas propiedades están deshabitadas y forman parte de un conflicto no resuelto.
Son varios los litigios internacionales que tienen por fin dar una solución a las personas que tuvieron que huir de sus casas y perdieron todo. Propietarios de la República de Chipre han presentado casos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) buscando compensación o restitución de sus viviendas, reclamo que en algunos casos ha finalizado en fallos favorables que ordenan al Gobierno turco a pagar las indemnizaciones
Con este fin, en 2005 el Gobierno de la RTNC estableció la Comisión de Inmuebles, que ofrece compensación, intercambio de propiedades o restitución. Cuestión que no resulta suficiente para los propietarios, pues el desplazamiento no solo implica la pérdida de bienes estrictamente materiales, sino también abandonar cada sueño y anhelo construido en base a cada terreno y cada casa.
¿Cómo se llegó a esto?
Savvas Michael-Matsas escritor, filósofo y economista, dirigente del Partido Obrero Revolucionario de Grecia (EEK). Estudioso del marxismo, la política revolucionaria y el análisis crítico de la situación geopolítica en regiones como el Mediterráneo Oriental y el Medio Oriente. Su pensamiento y activismo se centran en la lucha por la autodeterminación de los pueblos y la creación de sociedades socialistas basadas en la justicia y la igualdad.
-¿De qué manera se relaciona el contexto actual e histórico de Chipre con las diferentes potencias que, incluso, son aliadas entre sí como Estados Unidos y Turquía, que ambos pertenecen a la OTAN?
-La situación actual en Chipre no puede separarse del proceso histórico previo que la condujo. Este año marca el 50 aniversario del colapso de la dictadura militar griega en julio de 1974, en medio de la tragedia de Chipre. El pueblo griego recuerda muy bien que el golpe militar contra el Arzobispo Makarios, organizado por la junta griega controlada por la CIA estadounidense, fue una provocación que resultó en la invasión y ocupación del ejército turco en la parte norte de la isla. Todos sabían y aún están convencidos de que fue la implementación del infame Plan Kissinger para la división de la isla, poniendo fin para siempre al frágil régimen de Makarios, vinculado al movimiento de no alineación del tercer mundo y en conflicto con la dictadura militar proestadounidense en Grecia.
-¿Y el Plan Kissinger?
-No se trata de una teoría conspirativa. Este plan imperialista de EE.UU. para manipular las tensiones nacionalistas greco-turcas y el problema no resuelto de Chipre se implementó en un período de tensiones geopolíticas explosivas en el Medio Oriente después de la guerra de Yom Kippur, y cuando la junta militar griega estaba profundamente debilitada y dividida tras la heroica revuelta de la juventud griega en la Universidad Politécnica en noviembre de 1973. Esta memoria histórica no ha sido borrada en absoluto entre las clases populares griegas, a pesar de los constantes esfuerzos de los imperialistas estadounidenses y de la UE, de los sucesivos Gobiernos burgueses griegos y grecochipriotas, de las políticas chovinistas burguesas turcas con respecto a la ocupación del norte de la isla y de la demagogia ultra reaccionaria chovinista de los fascistas griegos y la extrema derecha.
-¿Cuál es la situación de Chipre en el contexto actual, con tantas guerras circundando la isla?
Chipre nunca ha superado ni su estatus subalterno poscolonial de principios de la década de 1960 ni la división reaccionaria e imperialista impuesta en 1974 como un fait accompli. Tanto la comunidad grecochipriota como la turcochipriota nunca han logrado su derecho a la autodeterminación nacional. Han permanecido atrapados en la red de tensiones geopolíticas en el Mediterráneo Oriental y el Medio Oriente, producidas por intervenciones imperialistas y por el Israel sionista, también, en medio de los intereses reaccionarios en conflicto de los poderes regionales, en primer lugar el antagonismo entre las clases dominantes burguesas griegas y turcas.
En la situación actual, dramáticamente agravada por las guerras en Gaza y Ucrania, la emancipación del pueblo de Chipre requiere superar las divisiones entre las dos comunidades, la unidad y lucha común de sus clases populares para poner fin a la dependencia imperialista de la isla dividida, así como evitar su vasallización por una doble reaccionaria “Enosis” (“unificación”, el viejo lema del nacionalista derechista EOKA) con Grecia y Turquía, dos países clave miembros de la OTAN, de gran importancia estratégica en la guerra imperialista en escalada y expansión en el Medio Oriente y Europa.
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-¿Cómo caracteriza el Partido Obrero Revolucionario de Grecia (EEK) este conflicto?
-Nuestro partido lucha por la fraternización y el vínculo internacionalista entre los pueblos griego y turco en Chipre, así como en ambos lados del mar Egeo, contra los belicistas y chauvinistas de todos los lados. Para Chipre, pedimos desmantelar todas las bases militares británicas y todas las bases militares imperialistas. ¡Fuera todas las tropas y personal militar extranjeros -turcos, griegos, británicos, estadounidenses, ONU- ni ocupación ni división de la isla, por un Chipre socialista unido e independiente, bajo un Gobierno de trabajadores y campesinos grecochipriotas y turcochipriotas!
Un pasado colonialista que marca la historia moderna
A partir de 1571, la isla de Chipre estuvo bajo control del Imperio Otomano, que extendía sus dominios desde los Balcanes en Europa, hasta Medio Oriente y el Cáucaso en Asia y algunos países del norte de África.
Avanzado el siglo XIX, con el Imperio Otomano al borde de la disolución, Gran Bretaña estaba preocupada por las ambiciones expansionistas de Rusia y Francia en la región. Cualquier cambio en el control territorial podría afectar el equilibrio de poder en Europa y las rutas comerciales estratégicas hacia la India. Chipre se convirtió en un punto estratégico debido a su ubicación cerca del canal de Suez. Se trata de una vía crucial para el acceso a la India, que era una de las colonias más importantes del Imperio Británico.
Fue el sultán Abdul Hamid II quien firmó la cesión de Chipre a territorio británico. Adentrados en la Primera Guerra Mundial, Londres declaró la isla como colonia y la anexó a la Corona. Turquía reconoció esta anexión en el Tratado de Lausana de 1923. Para entonces, la población de la isla era de unos 180 mil griegos y unos 46 mil turcos. Durante el periodo de soberanía británica, la convivencia entre las comunidades chipriotas se deterioró. Incluso a pesar de que inicialmente ambas partes habían visto con buenos ojos la presencia británica, que los dejaba exentos en cuestiones impositivas otomanas. El resto, es historia.
No vinieron los espectadores que esperábamos
no vinieron los espectadores a los que esperaban las luces encendidas
y se canceló la función
y nos sentamos solos en la platea
rodeados de asientos vacíos
con mucho dolor
y con un extraño placer
con un completo, inexplicable y profundo placer
-Toda la poesía citada en este artículo pertenece a Costas Montis