La principal duda era si iba a llover. La inquietud flotaba en la multitud desde temprano, pero no arrugaron. Y menos cuando la enorme Taty Almeida con su voz firme exigió: “¡basta de negacionismo y apologismo del genocidio!”. En el escenario también están, Estela de Carlotto, y el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, principales oradores de la jornada. Es la primera marcha de la Memoria por la Verdad y la Justicia sin Nora Irma Morales de Cortiñas, nuestra Norita. La segunda de la era de los hermanos Milei. 49 años desde la noche más oscura de nuestro país. Las organizaciones cuentan 400 mil personas. Mi experiencia me dice que más; era imposible moverse y más aún llegar a la Plaza.
En épocas de negacionismo y apología de la última dictadura cívico-militar una buena: después de 19 años se logró tener una marcha unificada en la que participaron organizaciones de derechos humanos, sindicatos, partidos políticos y movimientos sociales. Se bailó, se puteó, se rió, se lloró y se gritó en contra del gobierno de Javier Milei. Se reivindicó la cifra de los 30.000 desaparecidos-cuestionada por toda el ala de la derecha argentina-, y se viralizó la discusión que tuvieron en vivo hace unos años Dario Loperfido y una de las personas más lúcidas e inteligentes de esta tierra, Martín Kohan, quién en esa oportunidad argumentó con solidez el significado de ese número. “Fuerza Pablo” y “Fuera Bullrich”, también fueron consignas que replicó la masa.
Termina el acto, y la multitud comienza a desconcentrar de forma ordenada, pacifica, sin presencia policial. Una lluvia suave acompaña el cierre de la jornada.
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Un pequeño foto-reportaje que intenta dar pincelazos de una sociedad que no olvida, no perdona, no se reconcilia. 30 mil compañeros y compañeras detenidos desaparecidos: ¡presentes!
Periodista, fotógrafo, obrero del bit.