“Al calabozo no volvemos nunca más”

-¿Cómo no vamos a reaccionar? Somos lxs hijxs de Stonewall.

 

La tarde del 1 de febrero fue escenario de una multitudinaria movilización en todo el país. Particularmente, en el epicentro porteño, la Avenida de Mayo se llenó de banderas multicolores y miles de personas se congregaron para marchar desde el Congreso hasta la Plaza de Mayo. La convocatoria tuvo como objetivo manifestarse en defensa de los derechos de la comunidad LGTBIQNB+ y expresar el rechazo a las declaraciones del gobierno.

Había comenzado a circular la semana anterior con una multitudinaria asamblea en Parque Lezama, después de que el presidente Javier Milei hablara en el Foro Económico Mundial de Davos. En su discurso, trazó una peligrosa asociación entre la homosexualidad y la pedofilia, además de cargar contra la llamada “ideología de género”. Sus palabras, lejos de caer en el vacío, despertaron una respuesta inmediata. Redes sociales, organizaciones de derechos humanos, colectivos LGTBIQNB+ y feministas comenzaron a articular una respuesta. Y la respuesta fue esta marcha, una que se autodenominó antifascista y antirracista.

El calor sofocante no desanimó a nadie. La multitud avanzaba al ritmo de los bombos y de la música de Lali Espósito sonando por los parlantes del camión que coronaba la columna. Se escuchaban algunas viejas consignas, otras creadas en el calor del momento. “Al calabozo no volvemos nunca más”, “adónde está que no se ve esa famosa CGT”.

No hubo acto central, pero activistas históricos tomaban la palabra. Unx de ellxs, con la voz quebrada, recordaba cómo en la época más oscura de este país, salir a la calle con una bandera del orgullo significaba exponerse a la violencia policial. “No vamos a dejar que nos vuelvan a silenciar”, decía, mientras la gente respondía con aplausos y puños en alto.

La manifestación no terminó ahí. Mientras algunxs se dispersaban, otrxs se quedaron. Bailaron, cantaron, abrazaron a desconocidxs. En las calles laterales, pequeños grupos debatían sobre lo que vendría después. ¿Cómo seguir organizándose? ¿Cómo evitar los retrocesos que amenazaban con llegar desde el gobierno?

 

-No queremos volver a pelear por lo que ya conquistamos, pero si hay que pelear, aquí estamos.

 

Galería marcha federal del orgullo Antifascista, Antirracista y LGTBIQNB+ 01/02

Galería asamblea de Parque Lezama 26/01

+ notas

Después de dedicar (perder) 10 años de mi vida a trabajar en procesos empresariales que solo enriquecían a los más poderosos, descubrí mi verdadera pasión: el periodismo. Hoy soy periodista y fotógrafa, especialista en Moldavia, Transnistria y Gagaúzia, regiones tan incomprendidas como yo misma. Prefiero el frío antes que el calor, tengo 21 tatuajes -la mayoría poco pensados-, una hija y no me gustan los gatos.

Periodista y fotógrafo. Trabaja hace 20 años como programador de sistemas.

Últimas Historias

Crónica

Coronda, la unión entre un pueblo del litoral y los titanes del río

Coronda, capital del país durante dos días, pueblo que puso en pie el primer monolito a los Héroes de Malvinas, lugar donde se...

¿Jubilarse, comer o curarse?

Jubilarse en Argentina constituye caer en la pobreza, la indigencia, y tener que elegir entre comer o poder acceder a una salud digna.

Madres que crían sin corresponsabilidad paterna

En Argentinas millones de madres crían a sus hijos sin corresponsabilidad paterna, la mayoría vive debajo de la línea de pobreza.
Skip to content