Marcelo, 14 años. Actualmente es ingeniero metalúrgico.
Era 1981, jugaba al fútbol con mis amigos y compañeros en el campo de deportes de mi colegio durante el recreo como todos los días. En el medio de un partido, un amigo pegó muy fuerte la pelota hacia el arco, pero la misma terminó muy cerca del gran portón del colegio que siempre estaba abierto debido a que siempre había personas que salían por haber terminado su jornada escolar ya que estaban en el turno mañana, y otros entraban para empezar su turno tarde.
Al agarrar la pelota y levantar la cabeza, me sorprendió ver dos autos iguales que pararon sorpresivamente en el frente del portón, el modelo era Ford Falcon y su color era verde, de repente se bajaron dos o cuatro militares con armas muy grandes y apuntaban a la entrada del colegio. Así estuvieron por unos segundos hasta que volvieron a entrar a sus autos y se fueron. Lo rápido que había pasado todo no me permitió sentir miedo o tranquilidad, después pensé que venían a buscar a alguien que salía o entraba durante el horario, pero no lo encontraron.