Desde Tucumán, el equipo del LIGIAAT excarva en los sitios del horror para reconstruir la verdad, y revelan las huellas materiales del terrorismo de Estado.
“Siempre debíamos dormir y trasladarnos con el documento en mano, casi que en un constante estado de alerta por lo que podía suceder”. Sandra, 12 años. Actualmente es maestra jardinera.
“Se bajaron dos o cuatro militares con armas muy grandes y apuntaban a la entrada del colegio”. Marcelo, 14 años. Actualmente es ingeniero metalúrgico.