En la madrugada del lunes pasado, Fernando Barrientos, un vecino de mediana edad del barrio de Barracas, tiró una molotov al cuarto de cuatro mujeres que vivían en el mismo hotel familiar que él. No fue un hecho aislado. Con un explosivo casero, el agresor dinamito los años de rechazo (dos) que le producía la orientación sexual de sus vecinas (lesbianas), quienes ya lo...