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    Verónica Brasesco: “Para vencer al burnout hay que volver a desear”

    Tiempo de lectura: 6 minutos

    El 2023 cerró para Argentina con una de las estadísticas más letales para la población. Según datos del portal de empleo Bumeran el 94% de los argentinos padece o está al borde del síndrome del quemado, popularmente conocido como burnout. Durante el estudio regional Burnout 2023, en el que participaron cerca de 4 mil especialistas, los datos en la región de Latinoamérica resultaron alarmantes: todos los países arrojaron resultados arriba del 70%. Todos los casos presentan una tendencia alcista desde la pandemia del Covid-19.

    Para la doctora en Psicología e investigadora de la Sociedad Internacional de Prevención y Tratamiento del Uso de Sustancias, María Verónica Brasesco, Ph.D: “Hay que tomar consciencia sobre el burnout. La psiquis no es matemática. Hay que ver su impacto en la parte física, porque la persona con burnout empieza a tener faltas de memoria importantes, que no solo la inhabilitan para el trabajo, sino que fomentan hasta una demencia precoz”.

    El Burnout es el síndrome del quemado.
    El Burnout es el síndrome del quemado.

    La situación económica a nivel país no ayuda. Con una inflación interanual de 287,9%, un índice de pobreza del 41,7% y el salario mínimo situado en $202.800, las probabilidades de quemarse aumentan. Cuando comer se vuelve un problema, esto se traslada a todos los ámbitos. La realización profesional que, para el psicoanálisis, es uno de los pilares fundamentales de la vida de un ser humano, queda relegado. Un trabajo satisfactorio y un desarrollo profesional exitoso pueden contribuir significativamente a esta positiva. Sin embargo, los ambientes laborales violentos, el trabajo informal y los bajos salarios, fomentan el aumento del estrés y la depresión en la sociedad.

    Concretamente, ¿cuáles son los factores que llevan a una persona a caer en el burnout?

    El burnout tiene que ver con una situación de estrés crónico, que impacta directamente en el ámbito laboral y que tiene que ver con causas inherentes al trabajo. A las presiones del trabajo, al clima laboral se le suma esta tensión que te provocan situaciones agobiantes como la económica. Esto origina reacciones o mecanismos de defensa y de afrontamiento empiezan a fallar. Cobrar poco o que sea insuficiente para comer, es estresante. Pero también tiene que ver con factores laborales en sí mismo. Se produce una situación de agobio, de ya no saber qué hacer. O sea, yo hago todo lo posible, por ejemplo, si no me alcanza para pagar mis gastos, ejerzo un mecanismo de afrontamiento de esa situación y reduzco mis compras. Pero cuando todas las herramientas fracasan porque es imposible la resolución positiva de esa tensión, empieza el síndrome de estrés crónico.

    ¿Qué aspectos de la vida afectan este síndrome?

    Tiene más que ver con un desgaste profesional por sobrecarga emocional. Trabajar mucho y ganar poco puede terminar en este tipo de desgaste. Porque el burnout tiene que ver con una afectación específica de la capacidad de trabajo. Cualquier situación mínima en el trabajo se transforma en una sombra gigante imposible de afrontar. Pero también esto puede traer problemas de memoria, dolores de cabeza, ansiedad, alteraciones alimentarias y sexuales.

    ¿Pueden las empresas ayudar a prevenir el burnout en sus empleados?

    La empresa puede hacer mucho. Puede informarte y fortalecerte en lo que sabes para que te sientas más capaz. Se trabaja sobre el clima laboral. Que sea bueno y positivo es fundamental. Por ejemplo, si hay contención, lugar de escucha de sugerencias, momentos de relajación, cuestiones que incluso exceden los aumentos salariales. Entonces esa fuente de estrés, de tensión, se sustrae. Hay que favorecer la grupalidad, tener un liderazgo de tipo democrático, abrir espacios para mitigar las fuentes de malestar. Cuando uno se siente parte de un colectivo todo cambia. La persona que padece burnout se sienta sola y agobiada, incapacitada para trabajar. Entonces, la pertenencia la participación activa en la toma de decisiones hacen que, pese a la adversidad, existan fuentes de bienestar.

    El Burnout es el síndrome del quemado.
    El Burnout es el síndrome del quemado.
    ¿Cómo se relaciona la precarización laboral y el maltrato con el burnout de los trabajadores?

    La forma de ejercer poder es fundamental. El caso típico: aparece una persona que controla nada más que el horario y se va. Le avisa al gerente y entonces te echan por dos minutos de retraso. Eso se traduce como falta de apoyo. También la falta de formación en el desempeño de las tareas genera burnout. El sentido de capacidad puede mejorar el clima laboral, adecuar la cantidad de trabajo, dar autonomía. Una de las características del estrés crónico es el aumento de la irritabilidad. Entonces, la irritabilidad se resuelve con información y no desde la propia irritabilidad. Con desajustes comportamentales o de respuestas emocionales en tu medio, no. Esto se vuelve, digamos, en detrimento del propio cuerpo. Es importante que se tome consciencia. 

    ¿Una persona puede autopreservarse en contextos tan hostiles?

    Hay que trabajar en uno mismo. Hacer una búsqueda activa de lo que me produce bienestar, aunque sea caminar una vuelta manzana a la noche después de comer. No importa si es simple o elaborado. Importa cómo te hace sentir. Hablar con gente que uno quiere, promover situaciones de comunidad donde haya risa y alegría. Estar atento a uno mismo y no dar prioridad a las ideas negativas cuando uno entra en estado de malestar. Cuando se está entregado, incendiado y quieto hay que buscar enfriarse y darle bienestar al cuerpo. Insisto en los espacios de risa con amigos, seres queridos. Conocer y hacer énfasis en lo que a uno le hace bien.

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    ¿Cómo se le encuentra nuevamente el sentido a la vida después de caer en el burnout?

    Si una persona está con burnout, con una ansiedad aguda, probablemente esté también con abulia, astenia. Todos los síntomas de tipo depresivo, donde uno está totalmente desinteresado. No me importa nada. Hasta ahí llegué. Me quemé. Todas mis estrategias terminaron. Ya hay que acudir al psiquiatra para que con una terapia específica y un abordaje, te ayude. Siempre se inicia por el bienestar. Poquito a poquito volver a salir. Recuperar vitalidad desde lo físico y lo psíquico. Esto también es un tipo de abordaje psicoterapéutico. Para el síndrome de quemado es más adecuado el enfoque cognitivo conductual sumado a la psicofarmacología. Lo más importante es reconectar con la vitalidad. Para vencer al burnout hay que volver a desear.

    Camila Mitre
    Camila Mitre
    Soy periodista y fotógrafa, además de la editora general de Ornitorrinco. Especialista en Moldavia, Transnistria y Gagaúzia.

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