El ABC del consumo de pornografía: ¿Estás caliente? ¿Querés masturbarte? Prendés la computadora, activás el modo incógnito, buscás la pagina amarilla de la P, clickeas y ponés en el buscador “culonas”. Empezás a revisar el catálogo: MILF cabalga entre dos; Madrastra culona follada en cuatro: Lindura hace acabar a un semental, y así un sinfín de títulos donde el sesgo se pone en lo que una mujer puede dar a un hombre. Posiciones, tríos, orgías, lugares, jugando a ser policías, profesores, masajistas. Abundancia que la página escupe y es de nunca acabar. Se puede estar horas mirando todo el contenido audiovisual que solo existe en una página.
Entre las actrices más famosas del mundo mainstream de la pornografía están Ava Adams, Agatha Ruiz, Brigitte B, Mia Khalifa, Vanessa Veracruz. Todas cumplen los mismos cánones de belleza. Cuerpos esbeltos, sin un gramo de grasa con pechos de más de 100 cm, operadas, con labios siliconados, maquilladas, peinadas perfectas y sin un pelo en el cuerpo o entre las piernas. Todas garchadas por hombres musculosos, bronceados, tatuados, pero, por sobre todo, bien dotados.
Videos y videos, imágenes e información toda introducida en tus ojos y en tus oídos. Pero todo esto, ¿sirve realmente para suplir el deseo y satisfacer el placer? La respuesta más inmediata es: sí. Pero si se hila más fino se puede encontrar que el consumo de pornografía mainstream, de las paginas que revisamos en Google reproducen roles patriarcales y machistas. Donde los hombres aguantan más de 10 minutos la eyaculación y las mujeres están -literalmente- abiertas de todas las formas posibles. Donde no existe la protección, el forro y se minimiza el placer femenino. Toda una industria orientada al placer masculino hetero cis. Ya que no existe una variedad realista sino una repetición de estereotipos machistas bien marcados, mujeres que acceden a todo y están dispuestas al servicio del hombre.
Según la psicóloga y sexóloga Alexandra Amoros: “La pornografía genera una idea del sexo y de los encuentros que se aleja de la realidad. Estas expectativas distorsionadas hacen que muchas personas sufran por no poder cumplir o ejercer esas prácticas. En algunas personas puede generar adicción o favorecer a la masturbación compulsiva por no poder salir del ciclo de los estándares que marcan. Por suerte hay nuevas directoras feministas como la sueca Érica Lust que aportan nuevas perspectivas e incluyen cuerpos más diversos”.
“La industria mainstream del porno marca las tendencias del consumo de contenidos, de forma directamente proporcional a la demanda. Mientras que las producciones del nicho feminista no falocentrista son de menor cantidad en comparación, hay menos producción porque faltan productoras elaborándolo. Pero si se generara más seria otra la búsqueda que marca la aguja”, explica Luciano Bacca, el director mendocino de la primera película de porno feminista que se realizara en el pais.
Desde su conocimiento, Luciano, señala que “las producciones mainstream tienen una inversión muy grande en publicidad, están dentro de un esquema comercial capitalista, de lo que se vende. Alimentan las páginas más conocidas como Pornhub, Xxxhamster, Youporn, entre otras. Y producen films creados por mentes de hombres que realizan contenido para una demanda rápida. No hay oferta para las fantasías de las personas que no sea lo que está en el mercado”.
Si pensamos en alguien que entra por primera vez a una pagina porno se topa con videos 100% estereotipados. Ve que no existe otro tipo de oferta y va a seguir mirando lo mismo. Es la rueda del consumo. No hay margen para otros apetitos ya que todo el mundo no desea lo mismo. Las grandes productoras son un negocio, ya que en cada nueva película está estipulado con que actores y actrices se va a trabajar y desde la producción no existe un discurso o un mensaje sino el simple hecho de vender. Tampoco existe el pensamiento educativo en este tipo de contenidos.
Mientras que las producciones de nicho que son específicas sobre alguna temática les es más difícil la inversión y distribución. Además, de que para hablar sobre las fantasías sexuales hay que realizar un contenido que lleva mucho más tiempo de elaboración detrás, hablar con especialistas en la materia, psicólogos, sexólogos.
Además, el director feminista remarca que desde su espacio se intenta poner la voz protagónica en lo femenino y lo real. “Buscamos producciones más reales y de cómo en verdad funciona la sexualidad misma, rompiendo tabúes en la misma pornografía. Pensando cómo funcionan, los cuerpos y las mentes de las personas. Y proponiendo contenidos más inclusivos”.