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    La generala Nguyễn Thị Định

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    https%3A%2F%2Fsubstack post media.s3.amazonaws.com%2Fpublic%2Fimages%2Ff0a461d2 7f26 440a b08e | La generala Nguyễn Thị Định | Ornitorrinco

     

    En Bến Tre, al sur de Vietnam, la vida de una familia campesina se medía en bolsas de arroz y en la pesca que podía sacarse de los canales. El arroz era la base de la comida diaria: hervido en sopas claras, acompañado por hojas de batata o por pescados que se secaban al sol para estirar su duración. No había lujos en esas casas de madera levantadas sobre pilotes de bambú, sino el esfuerzo cotidiano por equilibrar la escasez. La colonia francesa gravaba con impuestos el arroz y el coco, de manera que lo que sobraba después de pagar tributos apenas alcanzaba para sobrevivir.

    En ese paisaje húmedo, atravesado por la pobreza y por la desigualdad, nació en 1920 Nguyễn Thị Định. Hija de campesinos, creció con el rumor del agua y con la certeza de que todo costaba más de lo que parecía: la comida, el estudio, la vida misma. Su infancia estuvo atravesada por la precariedad de una región agrícola donde los grandes terratenientes asociados a la colonia controlaban la tierra, y las familias campesinas quedaban reducidas a un margen mínimo de subsistencia. La administración francesa, que gobernaba desde Saigón, imponía tributos al arroz y al comercio de coco, principal riqueza de Bến Tre, y usaba la represión directa frente a cualquier intento de organización.

    Antiguo puente Paul Doumer, hoy puente Long Biên. Foto/Charles Peyrin
    Antiguo puente Paul Doumer, hoy puente Long Biên. Foto/Charles Peyrin

    La Indochina francesa llevaba casi un siglo de dominio colonial. Desde mediados del siglo XIX, tras la invasión de Cochinchina, Vietnam había quedado bajo control francés, integrado a un sistema administrativo que incluía también Camboya y Laos. Ese dominio no solo fue militar y político: también cultural y económico. La enseñanza del francés reemplazó al vietnamita en las escuelas urbanas, la economía se orientó a la exportación de arroz y caucho, y la desigualdad se profundizó. En el campo, millones de campesinos soportaban rentas abusivas y jornadas de trabajo agotadoras, mientras que en las ciudades se consolidaba una élite vinculada a la metrópoli.

    Nguyễn Thị Định creció en ese contexto de contradicciones coloniales. A los 16 años comenzó a involucrarse en actividades clandestinas, distribuyendo panfletos, participando en reuniones prohibidas y difundiendo ideas anticoloniales en un entorno profundamente patriarcal. Era extraño ver a una adolescente campesina tomar ese rol, pero su convicción se sostenía en la certeza de que la independencia nacional no podía excluir a las mujeres.

    En 1940, con veinte años, fue arrestada junto a su esposo por las autoridades coloniales francesas. Él fue acusado de conspiración y murió en prisión. Ella fue enviada al penal de Ba Ra, donde pasó años en condiciones durísimas: hacinamiento, enfermedades, falta de alimentos. Fue liberada en 1943 bajo estricta vigilancia. Esa experiencia marcó su vida; entendió que la represión colonial no distinguía juventud ni género, y que la lucha sería larga y costosa.

    Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Indochina quedó bajo una administración compleja: formalmente seguía siendo colonia francesa, pero desde 1940 había quedado en manos del régimen de Vichy y, más tarde, de la ocupación japonesa. La resistencia vietnamita aprovechó ese debilitamiento para fortalecerse. En 1941 se fundó el Viet Minh, bajo el liderazgo de Hồ Chí Minh, como frente de liberación nacional. Esa organización fue clave en la insurrección de agosto de 1945, cuando Japón ya había sido derrotado y Francia no lograba recomponerse. En ese momento, Nguyễn Thị Định participó activamente en Bến Tre, organizando milicias locales, tomando edificios administrativos y contribuyendo a la construcción de un poder popular en la provincia.

    La independencia, sin embargo, no llegó de inmediato. Tras la proclamación de la República Democrática de Vietnam en septiembre de 1945, Francia intentó restaurar su control y estalló la primera guerra de Indochina. El conflicto duró casi una década y culminó con la derrota francesa en Điện Biên Phủ en 1954. Los Acuerdos de Ginebra dividieron el país en dos: al norte, el gobierno de Hồ Chí Minh con capital en Hanoi; al sur, un régimen apoyado por Estados Unidos que consolidó a Ngô Đình Diệm como presidente.

    En el sur, el régimen de Diệm se sostuvo con represión y con una fuerte influencia católica conservadora en una sociedad mayoritariamente budista. La persecución política, la corrupción y la imposición de reformas agrarias desfavorables a los campesinos generaron un clima de resistencia. Bến Tre se convirtió en uno de los focos de esa oposición, y allí el liderazgo de Nguyễn Thị Định se volvió decisivo.

    Durante los primeros años de la década de 1960, Diệm enfrentó crecientes protestas, en particular de monjes budistas que denunciaban la discriminación religiosa. La represión fue brutal, hasta el punto de que en 1963 el propio Diệm fue derrocado en un golpe apoyado por Estados Unidos. Pero para entonces la insurgencia campesina ya se había consolidado en muchas provincias del sur. En ese momento fue cuando Nguyễn Thị Định impulsó lo que sería conocido como el “Ejército de los Cabellos Largos”.

    Durante la guerra, más de un tercio de las mujeres vietnamitas se sumaron a la lucha. La escuadra femenina Hoang Ngan destacó en 668 combates y fue condecorada por sus hazañas. Foto/Archivo
    Durante la guerra, más de un tercio de las mujeres vietnamitas se sumaron a la lucha. La escuadra femenina Hoang Ngan destacó en 668 combates y fue condecorada por sus hazañas. Foto/Archivo

    Este ejército no era una fuerza convencional. Estaba compuesto por mujeres campesinas, amas de casa, ancianas y estudiantes que participaron en la resistencia de múltiples formas. Organizaban marchas en los pueblos, enfrentaban a soldados con cánticos y pancartas, cavaban túneles, transportaban armas escondidas en canastos de arroz, hacían espionaje, curaban heridos y, en algunos casos, combatían directamente. El nombre mismo se consideraba un atributo femenino, el cabello largo, se transformaba en emblema de resistencia.

    La importancia de esta fuerza fue estratégica. Permitió que la resistencia se extendiera más allá del frente militar, integrando a toda la comunidad en la lucha. Las mujeres podían moverse con mayor facilidad entre aldeas y puestos de control, ocultando armas o transmitiendo información. Sus tareas logísticas fueron vitales para sostener al Viet Cong en el sur durante los años más duros de la intervención estadounidense.

    En 1965, Nguyễn Thị Định fue nombrada mayor general del Ejército Popular de Vietnam, la primera mujer en alcanzar ese rango en la historia del país. Ese mismo año asumió la presidencia de la Asociación de Liberación de Mujeres del Sur, desde donde promovió la idea de que la independencia nacional debía ir acompañada de una transformación social que incluyera a las mujeres como protagonistas. No se trataba de regresar al hogar después de la victoria, sino de consolidar un nuevo lugar en la sociedad.

    En sus memorias, No other road to take, dejó en claro que la lucha no había sido una elección romántica ni personal, sino la única salida frente a la violencia colonial y la intervención extranjera. Allí describió cómo, desde el delta del Mekong, las mujeres tejieron una red de apoyo y combate que sostuvo la resistencia durante años de bombardeos y represión.

    Tras la reunificación de Vietnam en 1975, Nguyễn Thị Định continuó en la vida política. Fue miembro del Comité Central del Partido Comunista, vicepresidenta de la Asamblea Nacional y, en 1987, una de las vicepresidentas del Estado. Desde allí impulsó políticas relacionadas con los derechos de las mujeres y con el reconocimiento de quienes habían participado en la guerra desde sectores invisibilizados. Siempre recordaba a las campesinas anónimas que habían cargado tierra en cestas, que habían camuflado túneles o alimentado guerrilleros, sin figurar en los libros oficiales.

    La mayor general Nguyễn Thị Định es un símbolo noble de las mujeres del sur, el ‘muro de acero de la Patria’, una mujer vietnamita ‘Heroica, Indómita, Fiel y Laboriosa’ en la era de Hồ Chí Minh. Foto/Comité Provincial de Propaganda y Movilización del Partido en Tuyên Quang, Vietnam
    La mayor general Nguyễn Thị Định es un símbolo noble de las mujeres del sur, el ‘muro de acero de la Patria’, una mujer vietnamita ‘Heroica, Indómita, Fiel y Laboriosa’ en la era de Hồ Chí Minh. Foto/Comité Provincial de Propaganda y Movilización del Partido en Tuyên Quang, Vietnam

    Murió en 1992, a los 72 años, y fue enterrada con honores de heroína nacional. Hoy, en Vietnam, su nombre se repite en calles, escuelas y museos. Es recordada como militar, política y símbolo de emancipación femenina. Para millones de vietnamitas, representa a todas aquellas mujeres que, con palas, canastos y fusiles, sostuvieron la revolución desde el silencio de la aldea hasta el frente de batalla.

    Sin las mujeres, la independencia nunca habría sido posible.

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    Soy periodista (TEA-Universidad de Concepción del Uruguay) y fotógrafa (ETER). Trabajo sobre temas de agenda internacional, también investigo desde hace varios años las regiones de Moldavia, Transnistria y Gagaúzia. Soy productora y docente en TEA&Deportea, escribo en Página 12 y co-conduzco el programa O Sea Digamos por Loto Stream.

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