Hace 20 años, en la provincia de Buenos Aires, surgió un movimiento por la autonomía política y económica. Hoy, unas 79 localidades organizadas en la Asociación para el Reconocimiento de Nuevos Municipios decidieron dar un paso más: aunque con disidencias e idas y vueltas, fundaron Redes, un partido político que llevará su reclamo a las elecciones legislativas de 2025.
Patricio Pro fue presidente de la Asociación hasta julio de este año, cuando decidió dejar su puesto en pos de impulsar este proyecto de incorporarse al listado de partidos y coaliciones que disputan, elección tras elección, un lugar en las bancas; en este caso, en la legislatura bonaerense. Para Pro: “El problema son los intendentes. Principalmente de los grandes municipios del Conurbano. Pero cuando pones la lupa, la mayoría procede con el mismo espíritu corporativo. Actúan como patrones de estancia y el municipio les pertenece”.
Y refuerza: “Todos los partidos defienden ese statu quo porque hay una retroalimentación del poder. Los dirigentes locales manejan el territorio y dan sustento al poder de los políticos provinciales y nacionales. En medio de esa puja, la gente vive mal. Las localidades que no son cabecera de partido están olvidadas y abandonadas. En el Conurbano el problema es el hacinamiento de gente sin planificación urbana ni desarrollo de las obras y servicios públicos. Y en el interior son las distancias que deben recorrer las localidades para realizar un trámite en la cabecera del partido. No vemos en ningún partido tradicional interés en reformar el funcionamiento y las estructuras políticas que gobiernan la provincia”.
Buenos Aires tiene 135 municipios, que constitucionalmente se denominan partidos. Comparados con otras provincias como Córdoba -que tiene 259 municipios y 165 comunas- o con Santa Fe -que tiene 352 municipios-; son pocos.
Esta Asociación y, ahora también, partido político, parte de la premisa autonomista aplicada por Eduardo Duhalde en los ‘90 -cuando era gobernador de Buenos Aires-, que tuvo por resultado la sanción de la ley provincial 11.550 que dio nacimiento al partido de Ezeiza, allá por 1994.
Patricio Pro pertenece a Presidente Derqui -hoy municipio de Pilar-, es hijo de Carlos Pro, uno de los fundadores del movimiento autonomista, del que forman parte otras localidades como Banfield, Sierra de los Padres, Temperley, Gerli, Wilde, Don Torcuato, Paso del Rey, Hudson, Lima, Santa Clara, Quequén, Huanguelén y Darregueyra, entre otras.
– ¿Por qué la elección del nombre Redes para su partido?
– Las siglas representan dos palabras que nos identifican en nuestra filosofía y en nuestra forma de abordar el funcionamiento de la provincia. Estas palabras son reconocimiento y descentralización. El reconocimiento está relacionado con la incorporación de nuevos municipios, mientras que la descentralización abarca una transformación más amplia. Creemos que el sistema actual de la provincia de Buenos Aires está diseñado para no funcionar, y el camino que necesita seguir es justamente el de la descentralización: descentralizar el poder político, la administración, las regiones y, sobre todo, la autonomía municipal, tanto para los municipios nuevos como para los ya reconocidos.
– ¿A qué te referís cuando decís “autonomía”?
-Para ilustrar esta idea, te doy un ejemplo: hoy, en Lomas de Zamora, una escuela necesita pedir permiso a la Dirección de Escuelas en La Plata para poder realizar una instalación de gas. Esto no tiene ningún sentido. Ese trámite debería gestionarse de manera local, desde el municipio, para simplificar y agilizar los procesos. Otro punto clave es el uso del suelo y la tierra. Este no debería estar bajo control exclusivo de la provincia; es una potestad de los municipios. Cada vez que un municipio quiera realizar una acción relacionada con el uso del suelo, como la creación de un parque industrial para generar empleo local, debería poder hacerlo sin la aprobación de la provincia. Esto es algo que hay que modificar con el tiempo. En cuanto a la coordinación, es importante considerar que existen grandes distancias entre las distintas localidades que integran esta asociación y el partido que desean fundar.
– ¿Por qué vieron la necesidad de crear un partido política nuevo y no sumarse a las tradicionales?
– En el año 2004 se fundó la Asociación Provincial, que agrupa a todos los movimientos autonomistas de la provincia, tanto del interior como del conurbano. Desde su fundación hasta el día de hoy, han pasado 20 años. Durante este tiempo, hemos funcionado como una asociación civil de vecinos autoconvocados de todas las localidades que la integran. Nos reunimos para gestionar con la Gobernación y con el Poder Legislativo de la provincia el reconocimiento de los nuevos municipios.
Es importante entender que el reconocimiento de un nuevo municipio es un proceso que implica la presentación de un proyecto de ley por un legislador, ya sea senador o diputado provincial. Este proyecto no puede ser presentado por un ciudadano común, debe ser propuesto por un legislador. Luego, el proyecto pasa a las comisiones correspondientes, donde se estudia. Si es aprobado en las distintas comisiones, se lleva al recinto para ser votado en ambas cámaras. Finalmente, debe ser firmado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires.
– ¿No existen instancias de diálogo con la Gobernación?
– No hemos tenido avances significativos en este sentido. El único municipio reconocido fue Lezama, en 2009, después de una dura lucha histórica. Lezama se separó de Chascomús, ya que reclamaban un reconocimiento histórico como el antiguo partido de Viedma, aunque no me quiero adentrarse demasiado en esa historia, ya que no la conozco en profundidad. Lo cierto es que, en 2009, después de muchos años de lucha, Lezama fue reconocido como nuevo municipio. En 2011, eligieron su primer intendente. Este caso tuvo particularidades, ya que Lezama contaba con un diputado propio impulsando el proyecto en la legislatura provincial y, además, el pueblo estaba completamente unido en el reclamo. Estando sobre la Ruta 2, el lema de Lezama en ese entonces era “Sin autonomía, no hay verano”, y a menudo cortaban la ruta, lo que generaba un gran caos en el tránsito hacia la costa en las vacaciones. Por todo esto, el entonces gobernador, Daniel Scioli les otorgó la autonomía.
– ¿Con las intendencias tampoco?
Fuera del caso particular de Lezama, no ha habido ningún interés por parte del poder provincial, ni de los oficialismos ni de las oposiciones, en reconocer nuevos municipios. Claramente, esto se debe a una lucha de poder. El Partido Justicialista (PJ) tiene varias intendencias importantes tanto en el interior de la provincia como en el conurbano, como es el caso de La Matanza, Lomas de Zamora, y Almirante Brown, que son bastiones del peronismo. Estos sectores nunca han querido hablar de dividir esos municipios. Por otro lado, la oposición también tiene intereses, ya que gobierna en municipios grandes, tanto del conurbano como del interior. Por ejemplo, el PRO gobierna actualmente en Mar del Plata, pero las localidades de Sierra de los Padres y Batán quieren separarse de General Pueyrredón y ser reconocidas como municipios, aunque la ciudad de Mar del Plata se opone a esta división.
El reclamo nunca ha sido escuchado ni tratado adecuadamente. Nunca hemos sido recibidos por un gobernador de la provincia, y siempre se ha hecho caso omiso a nuestra demanda. Ante esta situación, algunos pueblos que forman parte de la asociación nos hemos dado cuenta de que, si no podemos convencer a las autoridades con argumentos, tendremos que hacerlo a través de los votos. Por lo tanto, hemos decidido seguir ese camino.
– ¿Cómo es la coordinación entre ciudades y pueblos que persiguen este mismo objetivo?
– A lo largo de los 20 años de existencia de la asociación, hemos contabilizado más de 79 localidades en toda la provincia que querían ser reconocidas como nuevos municipios. Hoy en día, activas y en funcionamiento, con referentes, movilización popular y organización vecinal, podemos hablar de unas 30 localidades que siguen luchando por este objetivo. En el resto de los casos, aunque han quedado referentes, muchos movimientos se han ido apagando con el tiempo debido a la falta de avances y al desinterés por parte de la provincia. Sin novedades concretas en relación a este tema, y con la constante indiferencia de las autoridades, muchos de estos movimientos se han quedado en el camino.
Creemos que, cuando tengamos el partido formalmente presentado y podamos competir en las elecciones, los movimientos autonomistas tendrán la oportunidad de elegir a sus representantes a nivel local, provincial y nacional. Estamos convencidos de que muchos de esos pueblos volverán a movilizarse, retomarán la lucha por la autonomía y volverán al ruedo. Por eso, hay una gran expectativa en torno a este tema.
– ¿Todos los pueblos que integran la asociación están de acuerdo con la conformación del partido?
– En la asociación hubo un debate interno sobre la idea de formar un partido político. Un sector expresaba una opinión negativa hacia la política, considerando que es un ámbito turbio o gris, y que no vale la pena involucrarse. Es una postura absolutamente entendible. Este sector sostiene que un reclamo social, como el de los pedidos de reconocimiento de nuevos municipios, eventualmente debería ser atendido por los políticos. En su visión, si la gente se organiza y presenta un reclamo, tarde o temprano las respuestas deberían llegar.
Por otro lado, hay otro sector que considera que la política es un ámbito innegable, que rige nuestras vidas, para bien o para mal. Para nosotros, negarla o rechazarla sería lo peor que podríamos hacer, ya que sería como intentar tapar el sol con la mano.
– ¿Cómo se ven dentro del ámbito político con el que, eventualmente, tendrían que convivir?
-Reconocemos que está atravesado por una infinidad de intereses, y que nuestro reclamo va en contra de los intereses del poder político tradicional. Sin embargo, creemos que, para lograr cambios reales, no podemos dejar de lado la política, sino que debemos participar activamente en ella. Este sector piensa que las luchas se conquistan. Que nadie va a venir a darnos nada. Tenemos que salir a conseguirlo nosotros mismos. Y por eso fundamos el partido. Porque pensamos y sentimos que la gente va a acompañarnos con su voto. Y vamos a poder demostrar a través del voto popular que los bonaerenses queremos una transformación del funcionamiento de la provincia de Buenos Aires.
– ¿Qué opinás sobre la política del gobierno de Javier Milei respecto de no enviar la coparticipación a las provincias? Algo que impacta directamente en las administraciones municipales.
– Para empezar, hay un problema fundamental relacionado con la autonomía municipal. Los municipios en la provincia de Buenos Aires no son autónomos, y esto es un gran obstáculo. Además, los municipios reciben solo el 1% de la coparticipación nacional. ¿Qué quiero decir con esto? Que, cuando analizamos el sistema impositivo nacional, vemos que los municipios de todo el país se llevan apenas el 1% de los recursos. En cuanto a la provincia de Buenos Aires, los municipios reciben solo el 16% de la masa impositiva de la provincia, lo cual es insuficiente, especialmente cuando las demandas de la ciudadanía son cada vez mayores.
Los intendentes se ven obligados a hacerse cargo de cuestiones que son competencias provinciales, como la seguridad y la salud. Además, deben generar empleo, aunque no siempre tienen las herramientas administrativas y políticas necesarias para hacerlo. Los intendentes son, en la práctica, los primeros dirigentes políticos a los que los ciudadanos recurren, ya que el municipio es el primer mostrador de la política para la gente. Por eso, los intendentes están expuestos a las demandas de la población, pero no cuentan con las potestades necesarias para poder dar respuestas efectivas.
– Eso implicaría modificar las formas de administración públicas.
– Lo primero y más urgente es implementar una reforma estructural en la provincia de Buenos Aires, que probablemente incluiría una reforma constitucional, que le otorgue a los municipios autonomía, tal como ocurre en Córdoba, La Pampa, Río Negro y la mayoría de las provincias argentinas. En Argentina, solo tres provincias no han implementado la autonomía municipal: Buenos Aires, Mendoza y Santa Fe. La autonomía municipal es esencial porque dotaría a los municipios de las herramientas necesarias para gestionar mejor los servicios y dar respuesta a las demandas de la ciudadanía.
– Y en términos generales, sobre la situación del país, ¿qué opinás?
– En cuanto a la situación actual del país, la crisis económica y el ajuste del gobierno nacional están generando un cuello de botella, con pocos recursos disponibles para repartir entre las provincias y los municipios, como sucedió en el pasado. Esta es una circunstancia difícil, y aunque es desalentadora, es algo que, en mi opinión, debemos atravesar. Sin embargo, esta es solo una foto de la situación. La película es mucho más larga. Los cambios estructurales que necesita la provincia de Buenos Aires, como la autonomía municipal, son cambios que llevarán tiempo y que deben implementarse para evitar que la situación siga estancada.
Por ejemplo, te hablo del municipio de Pilar, que tiene un presupuesto enorme, pero los barrios más alejados, como Derqui, La Lonja, Villa Astolfi y Lagomarsino, están completamente destruidos. No hay asfalto, no hay cloacas, no hay agua corriente. En Derqui, por ejemplo, con una población de casi 200 mil habitantes, las calles son de tierra, lo que dificulta el acceso de ambulancias y patrulleros, especialmente cuando llueve. A pesar del presupuesto municipal, estas zonas siguen desatendidas. El problema es el centralismo: el sistema centralista que impera en Argentina es un modelo que se replica a nivel nacional, provincial y municipal.
– ¿Cómo evaluás la relación entre la administración provincial y la nacional?
– Las provincias están subordinadas a la Nación, y el gobierno nacional maneja los recursos según criterios de “amigo-enemigo”. Lo mismo sucede a nivel provincial, donde los municipios están subordinados a la gobernación. Este sistema se replica también dentro de los municipios, donde todo se maneja de la misma manera. ¿Por qué? Porque Argentina es un país unitario, donde nunca se ha abordado la cuestión federal de manera seria. Las provincias dependen de la Nación, y los municipios dependen de la gobernación. Es necesario cambiar esta estructura para que los municipios puedan tener mayor autonomía y los recursos se distribuyan de manera más equitativa.