De Tinder y un par de millennials

Esta película empieza con un plano a una conversación de lo que parece ser un match en Tinder. Ambos, Sabina -nuestra protagonista- y su cita, se mandan la parte hablando de sus logros pero ninguno tiene el dinero para pagar la cuenta. Es que estos millennials todavía viven con sus padres mientras tratan de conseguir el sueño español, y mundial, de ser independientes haciendo lo que les gusta.

Esta importancia que se le da al diálogo ya podemos verlo en películas como Amor Tóxico (2015) donde dos perfiles modernos de “jóvenes independientes” intentan liarse mientras la pose de seducción les trae más inconvenientes que diversión y deseo sexual.

Pero volvamos a Soy una buena persona, el largometraje de Norberto Ramos del Val del 2023 que me tiene escribiendo esta newsletter. Allí la tenemos a Sabina, una mujer hermosa y dueña de unos diversos pero no desarrollados talentos. Los padres de Sabina son proletarios y tienen ya bastantes problemas como para hacerse cargo de una hija que ronda los 40 años. A ella le importa mucho ir al gimnasio y como la ven los demás pero todavía no ha podido concretar su sueño de ser actriz, escritora o guionista en un mundo que se vuelve cada día más competitivo e injusto y donde todo vale, inclusive serrucharle el piso a tus propios amigos, con tal de tener un poco de gloria.

Norberto Ramos del Val en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente
Norberto Ramos del Val en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente

Sabina cree fervientemente que es mejor que sus contemporáneos, que sus amigos, que sus vecinos y jefes. Ella lleva esta pretensión al extremo tratando a los demás como meros observadores de su propio circo narcisista.

¿Qué harían ustedes por miles de likes en Instagram más? ¿A dónde los puede llevar la codicia de la vida de artista? ¿Qué hay detrás de nuestras pequeñas carreras suburbanas hacia la independencia?

Soy una buena persona intenta dar una respuesta a estos interrogantes, pero en forma de comedia. La película refleja la incertidumbre y angustia existencial actuales, poniendo en escena un mundo roto, con juventudes en decadencia. Donde alcanzar la trascendencia parece ser más importante que detenerse a pensar en el otro. De una manera genuina.

Norberto Ramos del Val cuenta con 16 largometrajes desde Muertos Comunes (2004) hasta Giro Final (2025), incluyendo comedias, cine fantástico y muchas mezclas atípicas. Summertime (2012), Faraday (2013), Amor Tóxico (2015), Matando el Tiempo (2022), Soy una buena persona (2023)…

– Tanto Soy una buena persona como Amor Tóxico hablan de las dificultades de relacionarse en una sociedad narcisista…

-Estamos en una sociedad narcisista, medio analfabeta y terriblemente atontada, casi zombi. Es mundial, me temo. Ya sabes: mal de muchos… ¿consuelo de tontos?

A los jóvenes parece que les han vendido un narcisismo muy cutre que poco o nada les ayuda a mejorar las cosas. Está claro. O yo, por lo menos, lo tengo así de claro. Este culto al cuerpo, a lo estético como si fuera tan importante, olvidando directamente cualquier problema social general… Tanto en Soy una Buena Persona como en Amor Tóxico como en otras de mis películas intento hablar sobre este tema y algunos que lo rodean, principalmente el de la soledad, que es otro gran temazo en la sociedad moderna… y que, de paso, es más sencillo de retratar en películas hechas sin presupuesto, ¿verdad?

-Pero, ¿con qué particularidades?

-No es ni medio normal que siendo la sociedad más supuestamente comunicada e informada que ha existido nunca… seamos justo tan tristemente independientes y en demasiada medida casi algo así como autistas bastante idiotas. La gente se preocupa supuestamente mucho por cada uno, dice que se preocupa mucho por los demás (postureo lo llamamos por aquí) y entre una y otra cosa realmente se arrastra por la existencia sin hacer mucho o nada por los demás y lo mínimo por sí mismo. ¿Es cómico esto? Igual no, pero yo soy de esos que prefieren reírse de todo para no acabar más quemado con el mundo. Y esto es algo que tanto Pablo Vázquez, guionista de ambas películas, como yo, tenemos como un pensamiento recurrente. Yo qué sé… intentamos hacer que si no todo el mundo, por lo menos alguien, algún espectador, reaccione a esto viéndolo desde fuera y haga algo al respecto. Es de locos, supongo, pero es lo que siempre me acaba pidiendo el cuerpo cuando me planteo seguir haciendo películas. Viendo el mundo arder prefiero reírme, aunque no sea porque no me importa lo que pasa, si no que, más bien, redirijo la frustración a la denuncia por medio de mis pobres peliculillas.

-¿Existen pretensiones al momento de poner en marcha una película?

-En Amor Tóxico el plan era ver una cita como una terrible y absurda lucha de falsas apariencias y de cómo enfrentar egos heridos entre sí. No tiene sentido ser eternamente un personaje y aparentar, divagar, esconderse tras falsedades… incluso cuando supuestamente estás por abrirte a alguien que parece que te puede interesar conocer. En Soy una Buena Persona abrimos más el panorama haciendo una película muy coral sobre cómo se ha ido todo a la mierda mientras la gente se sigue preocupando por tonterías y no centrándose en que todo está ya mal montado, peor planteado y se basa en que siga la función sin que nadie lo discuta demasiado, y sigan todas las hormigas peleando entre ellas por las migajas que les caen de los que realmente mandan en el mundo. Pisar a quien sea por conseguir dejar de vivir de los padres ¿será más épico si además lo vendes como éxito artístico?

-En tus películas la acción y la comedia se dan mucho en la conversación entre personajes ¿De dónde sacás la inspiración para estas escenas?

-La comedia creo que me salva de la depresión. Ya ves que si me pongo a pensar un poco en serio todo es catastrófico y catastrofista… pero con la comedia sigo empeñado en verle una parte buena o una pequeña luz al final del puto túnel o, por lo menos, muero levantando el puño por si le sirve a alguien de apoyo o inspiración. En esto, cuando cuento con los guiones de Pablo Vázquez, surge el surrealismo y el descaro tan pop como a veces naif. Cuando escriben otros o me pongo yo igual hay otros matices, ni mejores ni peores, pero la esencia de seguir dando guerra sigue en pie, que para algo hago cine de verdad independiente y bastante antisistema. ¿Qué nos inspira? El absurdo del mundo y de la vida a pie de calle, o de tantos y tantos creadores muy locos que vinieron mucho antes que nosotros. Nada nace de la nada, todos nos arrastramos entre ideas que ya vienen de grandes creadores anteriores que nos han dejado huella. Se puede hacer de esto una sucesión de “homenajes” o se puede hacer, como es más mi plan habitual, una ensalada de tan diversos precedentes que parece que sabe a algo especialmente nuevo. Nah… está todo inventado, pero no por eso vamos a dejar de jugar a crear.

-¿Cómo se retrata una juventud en crisis?

-Bueno… supongo que observando con un poquito de distancia y siendo viejo desde pequeño. Que no es que vaya de listo, pero lo que sí que he hecho desde muy niño es sentarme en una esquina de la clase, de la fiesta o del bar de turno… y verlo todo como si fuera una película. Así de fácil, supongo. Y oye… hay tantísima crisis que es fácil dar dos retazos y que parezca que te has currado un retrato generacional, ¿verdad? Esto realmente los que tienen que decir si es así no somos nosotros sino que serían los que dentro de 50 años vean mis películas. Si no se han borrado todos los discos duros… y si para dentro de 50 años alguien es capaz de estar atento a algo durante hora y media. ¡Qué panorama!

-¿Por qué nos bancamos toda clase de  infortunios en busca del éxito – aunque sea fallido – como es el caso de la protagonista de Soy una buena persona

Os han contado que hay que triunfar, que hay que destacar entre los demás, que hay que ser feliz ganando mucho dinero y que… todo esto es posible. Y es una gran estafa, pero aún así no se nos ocurre (yo me incluyo, tampoco soy tan listo) cómo hacer que eso de vivir sea menos complicado o que realmente este planteamiento sea una gran excusa para que no nos de por pensar en que igual no es todo como es sino que podría ser de otra manera. Y sobre todo ya sabes: si hay que pisar a alguien que sea a tu compañero, nunca al superior. Es que… parece que ha desaparecido de todo el planeta el concepto de “lucha social” de un plumazo. Es más surrealista que cualquiera de mis películas y me resisto a asumirlo.

-¿Por qué la comedia?

No tengo ni la cara ni el presupuesto suficiente para pelearme contra todo desde la superioridad moral del cine social serio. De hecho casi nunca me lo consigo tomar en serio más que nada porque ninguna película “de verdad” de las que se hacen en la “industria” parte de alguien que socialmente no sea un privilegiado. Así que… ¡viva el cine de género y viva la comedia! Además ya te he dicho antes que o me río de todo o no podría levantarme por las mañanas.

Escena de Amor Tóxico (2015), dirigida por Norberto Ramos Del Val
Escena de Amor Tóxico (2015), dirigida por Norberto Ramos Del Val

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Cúales son tus próximos proyectos?

-Bueno, hace poco que salió mi penúltima película, Giro Final, que es un thriller rural muy intenso… con un transfondo muy terrorífico. Anda por ahí por plataformas tras pasar por el festival de cine fantástico FANT de Bilbao en mayo. Lo que pasa es que en marzo aproveché la locura de cuatro actrices y me hice un experimento llamado Ella solo come carne que es como si a un John Waters heterosexual le hubiera dado por hacerse un “Lost Highway” o “Mullholand Drive”… en clave de comedia muy muy surrealista y bizarra. Y la tengo ya terminada esperando si sale por algún festival o si la tiro contra Internet en un par de meses.

Y sí, ambas películas siguen teniendo su pequeño trasfondo social porque cada vez soy más ese viejo loco que tiene que gritarle al cielo cada vez que abre la boca. Si alguien ve en esto alguna inspiración será útil. Y si no… seguro que en ambas películas se puede divertir un rato, que como está el panorama del cine “oficial” últimamente… ni tan mal.

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Esta semana, en el portal de Ornitorrinco:

Tierra del Fuego y un desarme anunciado – por Teresita Brizuela

¡Feliz domingo!

Sofía

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Sofía Gómez Pisa es periodista y escritora. Escribe la newsletter "La batalla cultural" domingo de por medio por Ornitorrinco.

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