Aunque muchas veces gane la muerte

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En los rincones oscuros, donde habita la
desesperanza,
se entrelazan historias de policías y
corrupción, como una danza.
Políticos que se creen dioses, dueños del poder,
mientras las villas miserias se hunden
sin poder comer.

Elvio Báez

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Querido lector,

Cuando las políticas sociales se recortan o directamente no llegan a los barrios, las calles se tiñen de miedo y desesperanza.

Si para los jóvenes de clase media es difícil crear una carrera artística más aún lo es para los habitantes de los barrios de emergencia, como Villa Itatí, ubicado en la localidad de Quilmes.

El paco como una oscura y tenebrosa sombra se va comiendo la mirada brillante de los pibes.

La delincuencia también acecha a los jóvenes habitantes de este barrio.

Los comedores se llenan día a día de pibes que no tienen para morfar y con recursos escasos tratan de mantenerse a flote en medio de un brutal y represor neoliberalismo déspota.

“Las casitas multicolores de Villa Itatí contrastan con el suelo de tierra, salpicado de charcos. A medida que uno se adentra al barrio, el terreno se hace más bajo, las paredes se van llenando de murales y el aire de las voces de niños que pasan corriendo o en bicicleta. En el fondo está la laguna, un cuerpo artificial rodeado de chanchos, gallinas y mucha basura: es el corazón de Villa Itatí, hecho de chapa y coraje. Esta villa es el resultado de una rica amalgama de culturas, sentires, historias y devenires que confluyeron en el mismo rincón. Con más de 60 años de historia, las 20 mil personas que habitan sus casi 5 kilómetros cuadrados supieron combinar sus diversos orígenes para darle al barrio una fisonomía y una identidad propia, a pesar del abandono del Estado al que ya están acostumbradas”.

Conciencia y clase – Elvio Báez

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Los barrios, siguen de pie. Respirando. Ante la desidia y el triunfo de lo superficial, los pibes construyen historias con sus manos y sus mentes.

A veces el frío cala hasta los huesos y uno se pregunta si tiene sentido la lucha. Si tiene sentido jugársela, como en un casino, por los sueños que nos atragantan y nos sostienen, nos desvelan y nos hacen tomar un camino y no otro.

A veces la neblina no nos deja distinguir quienes son amigos, quienes son caretas, quienes no se merecen andar el camino con nosotros. Pero siempre en el borde, una mano nos salva: nos recuerda quien somos.

La poesía y las entrevistas, dos de los elementos presentes en Conciencia y Clase, funcionan como espejos para reflejar las carencias, pero también la esperanza. Un pasado oscuro permeado por el peso de los deseos cumplidos. Dos géneros literarios listos para darle un balazo al corazón de los lectores, dos géneros que Elvio utiliza y que nos ponen los pelos de punta, nos devuelven a un estado contemplativo de la palabra.

La calle

En las calles de la villa,
donde el otoño susurra entre sus pasillos estre-
chos, se alzan las voces de sus vecinos trabajadores,
luchando contra el frío que se cuela por los techos
agujereados.

El repiquetear de la lluvia sobre la chapa pre-
caria anuncia la lucha diaria contra el agua que se
filtra en las humildes moradas, donde el hambre y
la falta de recursos son moneda corriente.
Entre las sombras se vislumbra la sombra alar-
gada de la droga, acechando a los más vulnerables,
a los pibes que deberían jugar sin preocupaciones.

En la villa, la plata nunca alcanza, y la comuni-
dad se sostiene en lazos de solidaridad, resistencia
y esperanza, tejidos entre sus habitantes que se afe-
rran a la vida con valentía y determinación, aunque
muchas veces gane la muerte.

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A Elvio lo conocí en La Garganta Poderosa, medio de comunicación que nos junto a ambos por unos meses. En este medio de comunicación había varios poetas y Elvio o Elvis- como le dicen los amigos- era uno de ellos.

Humildemente me contactó contándome de su último libro que une sus dos pasiones: periodismo y poesía y que está autogestionado. Y así fue como decidí llevar a cabo está entrevista.

Elvis Báez (Elvio A. Báez) nació en el barrio de La Boca en 1991. Se crió y vive hasta el día de hoy en Villa Itatí, Quilmes. Es comunicador popular, periodista y escritor. Ha participado en diferentes medios digitales, portales web, entre ellos La Garganta Poderosa, Mundo Villa y la revista y editorial Sudestada. Escribe poesía, crónicas y ensayos a partir de hechos históricos que vive en su barrio. En mayo de 2023 publicó su primer libro “Las hojas que caen a tiempo” poemario, de manera independiente y autogestiva con el sello editorial Bombal.

-En Conciencia y Clase se mezcla la poesía comprometida con la entrevista periodística ¿Qué te hizo elegir esos personajes del barrio y no otros para entrevistar? ¿Qué tienen en común?

-Las historias que están en el libro consciencia y clase no las elegí, surgieron en base a las necesidades del barrio y su tiempo. Sí las elegí a la hora de que sean parte de este libro, por la razón de ser, son historias que duelen, historias que aún sangran. Desde la poesía intento que no sean historias pasajeras, que sean relatos eternos que más allá de que duelan son parte íntima y bella de mi tierra. Tienen en común no solo el dolor sino la resiliencia de existir y superarse gracias al amor.

-Noté en muchos poemas tuyos y también en algunos otros poetas de los barrios el uso predominante de la rima…

-Sí. Es algo que sale como una canción, tarareo, tarareo y escribo lo que sale del corazón. Voy sintiendo lo que dice cada historia y la razón hace su labor. No hay quizá una técnica, no chamuyeo, es posta.

-¿Recordás cuándo fue la primera vez que escribiste un poema?

-Sí. Para un amor. Siempre fue así. Aunque en otras oportunidades salgan de otra forma, mi primer poema fue de amor. Hacia una chica.

¿Por qué como reza el epígrafe de uno de tus poemas la libertad es poder ver la realidad?

-Sí. Sin ella no habría libertad. ¿De qué sirve ver la libertad que vemos en todos lados en especial la tv? Si cuando nos la dicen duele más de lo que podemos sentir al caminar la calle. Por eso digo en uno lo pasajes de mis poemas “Por esto nada duele de lo real, solo lastima lo que es mentira “y es así. Hoy aunque no queramos duele, miremos lo que miremos. Lastima más que nos mientan que la realidad que vivimos. Sumadas ambas duelen en la eternidad. Hasta los huesos.

¿Cómo crees que el arte ayuda a combatir las problemáticas de Villa Itatí y otros barrios?

-El arte resignifica, permite que las personas expresen sus sentimientos, necesidades y experiencias. El arte puede ayudar a derribar la violencia que existe en la humanidad, gracias al arte se puede fomentar la empatía y la comprensión. El arte me dio y brinda confianza a la hora de luchar. Inspira y genera cambios muy grandes en las personas y la sociedad.

-¿A dónde te gustaría llegar con la escritura?

-A millones de reflexiones. Justamente a generar cambios. Transformaciones que dejen atrás las limitaciones y podamos al fin crear nuevamente este mundo con menos sufrimientos y necesidades. Que podamos entrar en diálogo y en razón. Que tomemos consciencia de que todo transcurre muy rápido, que todo se vuelve frágil. Que el agua que tomamos hoy se diluya en nuestras vidas. Me gustaría que hubiera más tiempo para poder seguir gritando. Sé que lo va a haber. Me gustaría muchas cosas. Me gustaría escribir otro libro. Que hable de otros. Lxs otrxs. Lxs nadies.

-¿Qué le dirías a los pibes que vienen de un contexto desfavorable y quieren ser escritores?

-Que se puede. Que va a haber problemas, seguro, que va a haber alguien que no los lea, seguro, que va a ser difícil escribir y que haya un editor interesado seguro. Y que antes de que se animen que se fijen que la pileta tenga algo de agua. Para mí la metáfora del agua se refiere a lxs amigxs, a lxs compas que nos apoyan, eso no tiene precio, si valor, y es tangible. Gracias. Agradecerles a ellos que a pesar del sufrimiento uno no debe morirse, si dar una abrazo a aquellos que lo hicieron posible. Eso. Ser agradecidos. Que solo es escritor aquel que pinta la vida de otro color más bonito. Yo intento eso.

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¡Feliz domingo!

Sofía Gómez Pisa

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Sofía Gómez Pisa es periodista y escritora. Escribe la newsletter "La batalla cultural" domingo de por medio por Ornitorrinco.

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